Los precios del arroz han caído un 35% en un año, alcanzando su nivel más bajo desde 2017 (alrededor de 360 dólares por tonelada), tras la decisión de India de levantar las restricciones a la exportación. Después de tres años de extrema volatilidad, el mercado enfrenta un excedente de producción (541 millones de toneladas en 2024), lo que presiona los precios a la baja y desequilibra a productores e importadores a nivel mundial.
Tres años de volatilidad récord
Desde 2022, India, el mayor exportador mundial de arroz, había limitado sus ventas al exterior para contener el aumento de los precios internacionales (un incremento del 19% en 2022 y 2023), impulsado principalmente por la guerra en Ucrania y las condiciones climáticas adversas en Asia. La reapertura de las exportaciones en 2024, combinada con cosechas récord en Asia, provocó una caída del 35% en los precios en un solo año. Dadas las previsiones de aumento de la producción para 2026 y el posible regreso del fenómeno La Niña en el cuarto trimestre de 2025, se anticipa un creciente superávit de oferta en 2026. Se espera que los precios sigan cayendo al menos hasta finales de 2025, con una posible estabilización en 2026, en niveles no vistos en los últimos diez años.


Asia domina el mercado; África es altamente dependiente
El arroz es el alimento básico más consumido del mundo, por delante del trigo y el maíz.
A pesar de su importancia para la seguridad alimentaria, el arroz sigue siendo poco comercializado a nivel mundial, con Asia concentrando cerca del 90% de la producción y el consumo global, lo que la convierte en el actor dominante del mercado.
Por su parte, África subsahariana depende en gran medida de las importaciones asiáticas. En 2024, cinco países asiáticos representaron el 75% de las exportaciones, incluyendo un 40% proveniente de India, una concentración que aumenta la vulnerabilidad de las naciones africanas ante las decisiones políticas de las economías asiáticas.
Un asunto político clave en toda Asia
El arroz sigue siendo un producto altamente politizado en muchas economías asiáticas.
La caída continua de los precios amenaza la rentabilidad de los productores en países donde la producción es menor que en India. Filipinas, uno de los mayores importadores de arroz del mundo, suspendió las importaciones durante 60 días a partir del 1 de septiembre de 2025 para proteger a sus agricultores. Indonesia, por su parte, ha adoptado una estrategia de soberanía alimentaria, priorizando la producción nacional para reducir su dependencia de las importaciones.


Las economías emergentes mantienen políticas proteccionistas. Es el caso de Japón, que, presionado por los lobbies agrícolas, mantiene estrictas cuotas de importación para proteger su sector arrocero. Sin embargo, este enfoque podría desestabilizar el mercado interno. El sector arrocero japonés enfrenta actualmente una crisis de suministro debido a la mala cosecha de 2023, causada por el calor extremo, que redujo los rendimientos. Además, los problemas de almacenamiento y el terremoto de agosto de 2024 en el sur de Japón agravaron la escasez.
Las políticas proteccionistas mantienen los precios internos muy elevados, especialmente cuando cae la producción local. Hoy en día, una bolsa de 5 kg de arroz cuesta alrededor de 4,000 yenes (26 USD) en Tokio, frente a 8 USD por una bolsa equivalente de arroz tailandés en Bangkok.
1 India, Thailand, Vietnam, Pakistan, Cambodia




