Mientras que las perspectivas económicas globales siguen siendo inciertas y están estrechamente ligadas a las tendencias inflacionarias y a las decisiones de política monetaria de los bancos centrales, nuestras preocupaciones sobre las materias primas agrícolas se reforzaron en el segundo trimestre de 2023.
Los precios de los alimentos siguen siendo altos
Los elevados costos de producción, las tensiones comerciales y el aumento de los riesgos climáticos seguirán afectando la producción agrícola mundial en los próximos meses.
Aunque los precios de los alimentos han disminuido desde mediados de 2022, aún se mantienen altos en comparación con los estándares históricos (Gráfico 1). Varios países, encabezados por India, han anunciado que mantendrán durante la segunda mitad del año las restricciones a las exportaciones de alimentos introducidas en respuesta a los altos precios hace casi un año. Estas medidas continuarán limitando el comercio internacional en un momento en que las existencias de cereales están altamente concentradas. Por ejemplo, China actualmente posee más del 50% de las existencias mundiales de trigo (Gráfico 2).


Las materias primas agrícolas siguen en el centro del juego geopolítico
El suministro de granos es una parte clave de la estrategia coercitiva de Vladímir Putin, y este recurso, formalizado por la creación de un corredor marítimo en el Mar Negro, debería durar mientras continúe el conflicto. El acuerdo, que es muy frágil ya que se extiende cada dos meses, confirma la presión sobre las cadenas de suministro globales de cereales a mediano plazo.
Finalmente, el aumento de la frecuencia de anomalías climáticas y meteorológicas solo incrementará la volatilidad de los precios de las materias primas agrícolas. En el hemisferio norte, los actuales períodos tempranos de calor intenso y el significativo déficit hídrico afectarán los rendimientos de cereales (trigo, maíz) hasta finales de año. Además, la ocurrencia casi segura (>90%) de un episodio de El Niño a partir del tercer trimestre de 2023 añadirá tensiones adicionales. Este fenómeno, sinónimo de clima más cálido y seco de lo normal en el Indo-Pacífico, exacerbará los efectos subyacentes del cambio climático. En términos concretos, la producción de varias materias primas agrícolas (azúcar, aceite de palma, cereales) se verá afectada a partir de finales de 2023.
En este contexto, los precios de las materias primas agrícolas ya están en aumento, como es el caso del azúcar, el trigo, el maíz y el cacao. El azúcar es un buen indicador de las tendencias futuras, ya que combina todos los riesgos actuales: está sujeto a restricciones de exportación por parte de los principales productores, mientras que los precios del crudo Brent están apoyando la demanda de azúcar para producir bioetanol. Además, las previsiones meteorológicas aumentan la incertidumbre sobre los niveles de producción en 2023 para los mayores productores del mundo (Brasil, India y la UE).
Consulta nuestra evaluación completa del sector agroalimentario para más detalles.